ALIMENTACIÓN CONSCIENTE
El avance de la ciencia en el sector alimentario nos muestra la importancia que tienen los hábitos alimentarios saludables en la promoción de la salud.
Alimentarse consiste en tomar algo comestible, introducirlo en la boca, masticarlo, tragarlo y, con ello, conseguir un montón de satisfacciones gustativas. Pero tenemos que saber y tener muy claro que existe otro término del que no debemos olvidarnos qué es el de nutrirse, donde el organismo asimila los nutrientes necesarios para poder vivir.
Pero ojo tampoco podemos olvidarnos del arte de preparar una buena comida que desate un mundo de sensaciones en nuestros paladares, entonces hablaremos de gastronomía. Los placeres de la mesa y la salud, son dos conceptos que podemos hacer que vayan de la mano o no.
Podemos decirle a un paciente que debe comer saludable, pero si no le gusta, rápidamente se desviará de las recomendaciones y no tendrá ninguna adherencia a ese tipo de alimentación. Se debe tener en cuenta no sólo que la alimentación sea correcta desde el punto de vista nutricional, sino también del placer y los hábitos alimentarios.
Unos buenos hábitos alimentarios es el instrumento principal para prevenir enfermedades y promover la salud en la población. La mejor manera de alcanzar un estado nutricional óptimo es incorporar una amplia variedad de alimentos a nuestra dieta. Esto es muy importante ya que no hay ningún alimento que contenga juntos todos los nutrientes esenciales que nuestro organismo necesita.
Pero algo qué sí debemos tener en cuenta es qué para gozar de buena salud, nuestro organismo necesita de todos ellos en cantidad adecuada.
También debemos pensar en el término técnicas culinarias saludables, ya que es un concepto muy relativo. Factores como el alimento que cocinemos, o la temperatura que se utilice, nos darán un resultado final más o menos saludable.
Hay técnicas culinarias más saludables que otras; por ejemplo, con los vegetales es mejor utilizar técnicas que no requieran contacto directo con el agua, y que los tiempos de cocinado sean bajos, debido a que se pierden menos nutrientes. No podemos olvidar que muchas vitaminas son termolábiles, lo que significa que al estar expuestas a temperaturas de ebullición elevadas durante un tiempo prolongado su concentración y actividad se puede ver comprometida.
Y por supuesto, las técnicas culinarias que no requieren de la aplicación de temperatura son las que mejor conservan la calidad nutricional de los alimentos (verduras, frutas); pero en este caso es fundamental una correcta higiene alimentaria durante la manipulación.
Los hábitos de alimentación junto con las técnicas culinarias son parte fundamental de la cultura mediterránea. Algo que debemos tener presente es que no sólo comemos por salud, sino también por placer, y el modo de preparación de los alimentos influirá en su sabor y en miles de terminaciones sensoriales que se encuentran en nuestra boca.
Los Nutricionistas debemos proponer recomendaciones a los pacientes que les sirvan para mejorar su alimentación, y acompañarlos en la difícil tarea de cambiar sus hábitos de alimentación si estos no son correctos.
Es muy importante cómo comer, pero también transmitir la manera de hacerlo para que sea atractiva.
Que la alimentación sea variada es fundamental para una dieta equilibrada, pero la variedad no sólo es recomendar muchos alimentos distintos. La variedad es también como cocinar y consumir aquello que se recomienda.
En la nuestra vida diaria encontramos múltiples recetas consideradas tradicionales. Éstas tienen una connotación temporal, cultural y antropológica, y algunas suelen ser muy calóricas, o usan grasas saturadas en su elaboración, o técnicas culinarias que las convierten en recetas que deberían ser de consumo eventual.
Estas recetas podrían ser de consumo habitual, si a la hora de cocinarlas mezclamos la imaginación con la ciencia. Sólo cambiando algunos ingredientes o procesos culinarios pueden convertirse en recetas muy saludables. Por ejemplo, una tortilla de papas, donde podemos poner las papas cocidas en vez de fritas y cuajar en el horno, en vez de freírse en la sartén.
Además de todo esto no podemos olvidar que la manera de hacer la compra de los españoles ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. Antes se compraba en el día los alimentos que se iban a consumir, y de esta forma, la compra resultaba más organizada. Ahora desplazamos las compras a semanales o mensuales, con el consiguiente almacenamiento de productos de gran duración.
Por esto los Nutricionistas también tenemos que darles consejos y herramientas prácticas a nuestros pacientes para la planificación del menú diario, tanto para las personas que comen en casa o fuera de ella.
La compra de alimentos es el momento donde elegimos los alimentos que vamos a consumir. Por esta razón éste es el momento donde debemos organizarnos y valorar nuestras elecciones, teniendo en cuenta qué si elegimos y compramos bien, podemos lograr una mejor alimentación.
Por ello es sumamente importante la planificación de los alimentos que vamos a comprar. Y deberíamos seguir estos simples pasos:
1.- Pensar qué comidas se harán en la semana, y si estas se realizarán en casa o fuera.
2.- Repasar la despensa, para no comprar alimentos que ya tenemos y caduquen.
3.- Confeccionar la lista de la compra, con tres columnas: alimentos frescos (leche, queso, verduras, fruta, carnes, pescado), no perecederos (arroz, legumbres, cereales) y congelados.
Con todo esto tendremos una lista más estructurada y dejaremos para coger al final los productos frescos o congelados para no romper la cadena de frío que también es algo muy importante para evitar las intoxicaciones alimentarias.
Espero que os sirvan estos consejos y que disfrutéis de la comida, pero pensando en la salud. ALIMENTACIÓN CONSCIENTE.