¿QUÉ NOS TRAERÁ EL FUTURO?
En uno de mis posts de Instagram de la semana pasada hablábamos de los Determinantes de la Salud y decíamos que uno de los factores que intervienen en nuestra salud era la “biología humana”. Recordemos la definición.
La biología humana como determinante de salud depende de la información genética, del sexo y la edad. Se puede nacer con enfermedades congénitas como el Síndrome de Down, o ser más propenso a padecer ciertas enfermedades, o por el contrario venir de una familia muy longeva con muy buena salud.
Por ello, no podemos olvidarnos de otros determinantes de la salud que hoy en día son muy importantes. Y son los “hábitos y estilo de vida”, los cuales pueden propiciar la aparición de enfermedades como diabetes, hipertensión, etc.; que normalmente van de la mano de la alimentación y estilo de vida que tengamos.
¿Cuántas personas hoy en día padecen alguna de estas enfermedades y nadie en su familia anteriormente las había padecido? Esto nos indica que no solo la genética es la que influye en nuestra salud. Sino que nuestra forma de alimentarnos, si hacemos actividad física o no, o si nos encontramos expuestos a un estrés de forma continuada, pueden hacer que nuestros genes expresan una información u otra.
Para quien no lo sepa, cada uno de nosotros nace con 3.000 millones de unidades de ácidos nucleicos distribuidos en 24 cromosomas (22 autosomas y 2 cromosomas sexuales) que contienen toda la información genética necesaria para formar nuestro cuerpo humano y hacer que vivamos el mayor tiempo posible. Cada célula de nuestro cuerpo posee dos copias completas de este genoma humano y no existen dos copias idénticas.
Además, a lo largo de nuestra vida, estas copias siguen un proceso de replicación y de lectura de su contenido, el cual dependiendo de esos factores asociados al estilo de vida puede aportar diferentes informaciones. Se dice que puede haber genes que llegan a expresarse o debutan y otros que quedan dormidos.
Aunque las recomendaciones nutricionales que se dan a la población desde Salud Pública son generales, tenéis que saber que las respuestas pueden ser muy variables entre personas. Frente a una intervención nutricional (cambio de dieta) para reducir los niveles de colesterol, existen individuos hipo-respondedores, normo-respondedores e hiper-respondedores.
Por todo esto hoy en día se sabe que ciertas enfermedades no sólo están influenciadas por la genética, sino que muchas de estas enfermedades no transmisibles del siglo XX y XXI son fruto de los hábitos y del estilo de vida.
Esto nos ha llevado a escuchar últimamente el término de “dieta personalizada” que está basada en la genética de cada uno de nosotros. Pues a esta ciencia se la conoce como Genómica Nutricional, la cual estudia la interacción de nuestro genoma y los diferentes nutrientes. Esta ciencia tiene dos ramas:
– Nutrigenómica, trata de relacionar cómo los nutrientes que incorporamos con la dieta influyen en los procesos celulares, alterando la actividad génica.
– Nutrigenética, nos muestra cómo las diferentes variantes del genoma humano influyen en la respuesta del organismo a los nutrientes, dando como resultado el aumento o la disminución del riesgo a padecer enfermedades relacionadas con la nutrición.
Estas diferencias en el debut o no de una enfermedad, son debidas a los llamados cambios epigenéticos. Son alteraciones del ADN que no implican la modificación de su secuencia, sino una alteración temporal de la actividad genética. Son cambios de marcas químicas que influyen en la función génica, o sea, determinan dónde y cuándo un gen debe activarse.
Es por ello qué, la epigenética es una ciencia en alza que estudia los cambios causados por la activación y desactivación de los genes sin que se produzca una mutación en la secuencia de ADN.
Sería interesante comenzar entonces a preguntarnos, no sólo qué variantes genéticas de riesgo tiene cada persona, sino también qué genes y/o variantes se encuentran activados o dormidos epigenéticamente.
Si conociéramos los factores nutricionales que modifican estos genes, sería posible entonces personalizar la nutrición para reducir la probabilidad individual de padecer una enfermedad debido a esas marcas epigenéticas; ya que los cambios epigenéticos son reversibles.
No olvidemos qué, de todos los factores de hábitos y estilo de vida, la dieta parece ser el cuantitativamente más importante, ya que estamos expuestos a la dieta durante toda nuestra vida. Por eso no me cansaré de repetiros, que la Alimentación debe de ser una actividad Consciente.