PUBLICIDAD ¿AMIGA O ENEMIGA?
Siguiendo con el hilo de la alimentación y salud que traíamos en los artículos anteriores, hoy vamos a bucear, o como se dice aquí en Canarias a “margullar” en el mundo de la publicidad.
¿Alguna vez os habéis parado a analizar los anuncios publicitarios? ¿Sois capaces de ver más allá de lo que nos enseñan?
Pues este es un tema muy importante, porque en las últimas décadas con el crecimiento de la industrialización y los avances en tecnología, la publicidad ha ido ganando mucho terreno en nuestras vidas y sobre todo en nuestra SALUD.
Existe legislación sobre como pueden ser o no estos anuncios publicitarios en los que nos venden alimentos, que es el tema que a nosotros nos interesa. Pero claro hay un dicho que dice “quien hace la ley hace la trampa”, pues efectivamente en publicidad y alimentación no iba a ser menos.
Voy a intentar explicaros a donde quiero llegar a través de algunos ejemplos. Pensemos en los cereales que se comercializan para desayunar, hoy en día encontramos muchísima variedad de estos productos ¿verdad?.
Pero pensar, vais por los pasillos del super y llegáis a la zona de los cereales, a simple vista vamos a poder distinguir cuales son los que están destinados al público infantil, a mujeres, ¿no me equivoco verdad?. Seguro que no.
Vemos claramente como los destinados al público infantil tiene unos colores muy llamativos, rojos, azules, amarillos y además van acompañados de dibujos de muñecos que parece que tienen super poderes, porque aparentan ser muy fuertes.
En cambio, si buscamos cereales para mujeres, estos van a tener colores claros como rosa sobre fondos blancos, suelen aparecer siluetas muy esbeltas con contornos de cintura que podríamos decir patológicos, pero bueno realizan correctamente su función. Y es la de activar en nuestro cerebro una relación directa entre la delgadez y tomar ese tipo de productos.
Además de los colores e imágenes, la industria publicitaria da un paso más y nos muestra mensajes sutiles pero que llegan muy rápido a esas conexiones neuronales que nuestro organismo realiza, como: Fitness, bio, nutri-mi, especial. ¿Interesante no?.
Y en el caso del público infantil ponen cosas como: fortificados con calcio, con vitamina C, etc. ¿Quién de nosotros no quiere tener unos niños sanos y fuertes y unas mujeres flacas y esbeltas?
Pues ese es el problema de la falta de información a la población sobre todos esos mensajes con los que nos bombardean a diario en cualquier tipo de medio. Si por ejemplo estos cereales, son arroz inflado. ¿No sería lo mismo desayunar un plato de arroz?.
Pues no, la diferencia es que esos cereales además de arroz inflado llevan una cantidad inimaginable de azúcares, conservantes, etc. Y me diréis, pero están fortificados con algún tipo de mineral o vitamina. Ojo, solo por poner muchas veces un migramos más de lo establecido por la legislación en ese producto, ya pueden hacer uso del término fortificado en sus anuncios. Y pensar, ese miligramo no va a proporcionar ningún beneficio más a nuestro cuerpo, que un buen alimento natural.
Por lo tanto, tenemos que ser conscientes, que en miles de ocasiones compramos solo por lo que hemos visto en una publicidad, sin pararnos a pensar realmente que nos estamos echando a la boca. Quiero que no os quedéis solo en los cereales, esto debéis ampliarlo a cualquier producto de los conocidos como procesados y ultraprocesados.
¿Habéis visto en alguna publicidad algún producto que muestre y explique su etiquetado?. No.
Ese etiquetado hay veces que resulta simplemente una misión imposible lograr leerlo. Pero al igual que con lo anteriormente dicho, hay una legislación que regula el tamaño de esa información y los distribuidores del producto se van a ir al tamaño más pequeño exigible, claro está. Esa información no interesa que salga.
Este tema es muy amplio y podía pasarme horas contando mil y un detalle en el que podríamos fijarnos, pero creo que como introducción he sido bastante clara. Si os interesa que siga profundizando podéis decírmelo y estaré encantada de ir desenredando esta gran telaraña de la industria alimentaria y la publicidad.
Acordaros, apostar por una alimentación consciente, que normalmente la solemos tener más cerca de lo que pensamos.