UN VIAJE POR LA RESISTENCIA A LA INSULINA
Resistencia a la insulina: alteración de los mecanismos de señalización de la insulina, donde cantidades normales de la hormona nos dan una menor respuesta biológica de la esperada. Los tejidos son incapaces de responder al estímulo de la insulina, ya que los receptores están desensibilizados y comprometen diferentes vías bioquímicas asociadas a la insulina.
La insulina es una hormona y tiene diferentes acciones en nuestro organismo, no solo controla la glucemia. También interviene en la captación de la glucosa (en músculos y adipocitos). Inhibe la gluconeogénesis en el hígado, la lipólisis y la glucogenólisis. Estimula la glucogénesis, la lipogénesis y la síntesis proteica. Interfiere en la supervivencia celular y en su proliferación y diferenciación.
Por todo ello, la resistencia a la insulina viene del desequilibrio que se produce entre la hormona hipoglucemiante (reguladora) y la hormona hiperglucemiante (contra reguladora). Por ejemplo, la glucemia aumenta por el consumo de carbohidratos y el estrés y disminuye tras un ayuno largo o una actividad física muy prolongada.
El sistema contra regulatorio de la insulina actúa previniendo o corrigiendo posibles hipoglucemias y lo hace de la siguiente manera:
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- Liberando glucosa previamente guardada en el hígado
- Produciendo glucosa a partir de otros sustratos como pueden ser el glicerol o los aminoácidos.
- Y por supuesto, garantizando la llegada de glucosa al SNC, inhibiendo que la glucosa se quede en los tejidos gracias a la resistencia a la insulina.
Todo esto lo hace con ayuda de las siguientes hormonas como son, el glucagón, la adrenalina y el cortisol.
Hay que tener claro, que la Resistencia a la Insulina es una respuesta fisiológica o sea saludable y que previene la neuroglucopenia. Pero también tenemos que saber que cuando la Resistencia a la Insulina pasa a ser patológica, esto causa lipotoxicidad y depósitos ectópicos de grasa. Y hace que haya mucha grasa disponible en el organismo y que por tanto se produzca una inflamación crónica subclínica de bajo grado por adipocitos hiper crecidos. Teniendo las siguientes consecuencias:
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- Disminución de la actividad mitocondrial
- Disfunción de la gestión energética
- Aumento del estrés oxidativo
- Descontrol de los procesos inflamatorios
Todo esto hace que exista un riesgo de descontrol glucémico, con una respuesta adaptativa de las células beta que dan una hiperinsulinemia compensatoria. Y esto nos lleva a aumentar el riesgo de padecer una Diabetes Mellitus Gestacional, Diabetes Mellitus tipo II y Alzheimer, entre otras.
Y todo ello, simple y llanamente, porque la insulina tiene como función principal disminuir la glucemia. La Resistencia a la Insulina nos ha ayudado a sobrevivir durante muchísimos años, pero también puede enfermarnos. En el próximo artículo trataré cual es el mejor método de evaluación de la Resistencia a la Insulina.