PESOCENTRISMO
En mi entrada anterior hablé de la alteridad como herramienta de trabajo de un nutricionista. Esta era la capacidad de ponerse en el lugar del otro y así tener una mirada más amplia de las diferentes patologías que tenía el paciente.
Hoy voy a hablaros de otra cualidad que debe tener un Nutricionista. Y es la de pedagogo. Sí, habéis oído bien. Creo sumamente necesaria la labor educativa que debemos desarrollar en cada una de nuestras consultas.
Los pacientes cuando acuden a nosotros muchas veces traen conceptos incorrectos, mitos alimentarios, síntomas que no son capaces de conectar. Y nuestra primera intervención, para que después haya una adherencia a las pautas marcadas, es la EDUCACIÓN NUTRICIONAL.
Hay un parámetro que todos los pacientes traen grabado a fuego en su cerebro, y es el del PESO. Para los pacientes el peso va asociado a salud. A esa obsesión por estar pendientes solo del peso se le llama PESOCENTRISMO. Ya que la cultura de la dieta se ha apoderado de la nutrición.
La población ha interiorizado que el objetivo es el peso y han dejado de lado la cuestión más importante, que es saber si estás bien nutrido o no. Además, se asocia un peso elevado con mala salud, y yo siempre les pongo el ejemplo de un deportista, en el cual su peso es alto pero su salud es óptima. No se paran a pensar que la masa muscular también pesa, pero tampoco se paran a pensar que hay otros parámetros que también hacen que ese peso se eleve. Como es el caso de la masa grasa visceral, del % de masa grasa, etc.
El peso al final es solo la punta de un alfiler dentro de una valoración nutricional completa. Se obsesionan con el peso y ese no es solamente el punto que debemos mirar. Por ello trato de explicar siempre a mis pacientes que el peso no me importa. Me preocupan mucho más otros datos que, si están fuera de rango, realmente son peligrosos de cara a obtener una salud óptima.
Debemos empezar a desechar la teoría del pesocentrismo y abordar lo que realmente es peligroso para nuestra salud. Es más, también debemos transmitir a nuestros pacientes que esto va a suponer un cambio de hábitos y que deben pensar hasta donde están dispuestos a cambiar.
Tienen que ser realistas con lo que desean y con lo que quieren, porque yo puedo ayudarlos a conseguir lo que desean; pero no puedo ayudarlos si ellos hay cosas que no quieren cambiar. Yo en mi consulta trato de adaptarme lo máximo posible a sus rutinas, pero algo siempre van a tener que modificar porque sino no estarían en mi consulta. Se dice que para que se produzca un nuevo hábito han tenido que pasar 21 días, yo creo que en la alimentación lleva más tiempo. Pero también sé, que de forma pausada pero constante se consiguen realizar y adherir esos cambios. El bienestar que nos da el estar bien nutridos no tiene precio.
Es hora de comprender que acudir a una consulta de nutrición es algo más que perder peso, yo apuesto por ganar en SALUD. Eso es lo que trato de hacer como Nutricionista Clínica. No podemos olvidar que la nutrición es vida, es medicina, es nuestra cultura, es una transformación alucinante de materia en energía dentro de cada uno de nuestros cuerpos.
Por ello, no nos quedemos solo en el peso, ampliemos nuestra mirada y descubriremos cómo nuestro cuerpo nos habla y nos muestra la transformación de sentirnos saludables.